Supositorios no, gracias
Jaime y Nuria son amigos desde pequeños. Pero tan amigos que casi son primos hermanos. A Jaime le gusta comer y contar chistes. A Nuria lo que más le gusta en el mundo son los libros. Un día Nuria lee en un libro cómo se hacen los anónimos y deciden hacer uno para mandárselo a una niña de su clase que no les cae nada bien. Como no consiguen encontrar las palabras que necesitan hacen otro usando otras palabras y lo mandan a una dirección cualquiera que encuentran en la guía de teléfonos. Este hecho les pondrá, de alguna manera, en relación con “el supositorio”, un rascacielos recién construido, alto y moderno que rompe por completo la armonía del paseo marítimo de su pueblo
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